Las cosas no son nada sencillas para Eleven, Mike, Lucas, Dustin y Will, protagonistas de Stranger Things, serie de Netflix de las más exitosas. De aquellas primeras corridas conjuntas en la temporada uno, poco queda.

Eleven y Will tratan de adaptarse a la soleada Los Ángeles y sufren las calamidades del bullying en una nueva escuela. Mike, intentando llegar a su encuentro con Eleven. Lucas, Dustin y Max tienen problemas de integración y comunicación. Las consecuencias derivadas de los sucesos de la tercera temporada habían dejado mucha huella. Por otro lado, Jim Hopper padece su vida en una prisión soviética y Joyce presiente que sigue con vida en algún lugar.

Una de las características destacadas de esta cuarta temporada de Stranger Things, serie de Netflix, (característica que es una de sus principales virtudes) es haber dividido al grupo en la historia. Por eso el relato se abre en tres y hasta cuatro líneas argumentales que van interactuando entre sí. Uno de ellos se introduce de lleno en los orígenes de Eleven, su poder y su cooptación por parte del gobierno.

Este estilo de narración permite aprovechar como nunca a todo su universo. Porque uno de los elementos centrales en las nuevas temporadas de Stranger Things es la riqueza de su casting. Personajes adorables, amados por los fanáticos pero, también, empatizados inmediatamente por los recién iniciados.

Así fue cómo, en esta cuarta entrega, tienen el lugar que merecen Nancy, Steve y, sobre todo, esa gran Robin (inmensa Maya Hawke) que es el mejor personaje de toda la serie. Y se suma Eddie, un rockero hermoso que será clave en todo el arco argumental.

Eleven defendiendo a su grupo de amigos

Las referencias de la temporada más cinéfila de todas

Nuevamente el Upside Down es clave. Esa suerte de infierno de Hawkins, esa realidad macabra,  paralela, y una nueva entidad que emerge para asolar a los vecinos de la ciudad.

Las referencias cinéfilas siempre fueron el fuerte de Stranger Things. Un modelo de relato de la década del ochenta que sirvió para lograr una adhesión incondicional de jóvenes seguidores que añoran ese momento de la historia aún sin haberlo experimentado.

En el caso de esta cuarta temporada, todo funciona como un gran homenaje a Pesadilla en Lo Profundo de La Noche. La saga de películas del acosador de los sueños, Freddy Krueger, irrumpió en los cines en 1984 y es una de las referencias de culto más importantes de la cultura popular.

Póster con los personajes más icónicos de Stranger Things, serie Netflix

En este caso, algunos jóvenes de Hawkins experimentan abducciones y asesinatos por parte de una entidad del Upside Down. Entidad clave en todo el desarrollo de Stranger Things. Obviamente, y cómo desde el primer momento, hay constantes homenajes a todo el cine de John Carpenter (los títulos de apertura siempre estuvieron inspirados en su estética como también la música de la serie) y a películas clave de la década como E.T. y Los Goonies.

En esta cuarta temporada de Stranger Things, serie Netflix, se sumó una de las referencias más logradas de toda la serie. Y dió lugar a uno de los mejores episodios en toda su historia. El capítulo número cuatro une a Nancy y a Robin en una investigación que las lleva a un manicomio.

Todo el relato está construido en base a El Silencio de Los Inocentes, particularmente el primer encuentro entre Clarice (el personaje de Jodie Foster) y Hannibal Lecter (Anthony Hopkins). También es el episodio en que se homenajeó explícitamente al mismísimo Freddy Krueger con una aparición del querido actor que le dio vida: Robert Englund.

La importancia de la música

La musicalización de Stranger Things serie Netflix siempre fue clave para lograr ese contacto hipnótico con el universo retro. En la tercera temporada, y sobre el clímax de la historia, una de las escenas más celebradas tiene como disparador a Dustin y a su novia y el tema musical que los une: The Neverending Story, el tema central de la banda sonora de la película La Historia Sin Fin, hit de los ochenta, obviamente.

Se trata de una hermosa canción de Kate Bush la que empieza a sonar en un par de escenas clave: “Running Up that Hill” una composición de 1985 de su quinto disco solista, Hounds of Love. En el marco del impacto de la serie, el amor por lo retro y esa conexión con la década más impactante de la cultura pop se convierte en un éxito 37 años después de su lanzamiento como single.

Actualmente fue número uno de descargas en iTunes y se dispararon las escuchas en Spotify, reportándose más de dos millones de dólares de ganancias. El uso de las plataformas es el modo de medir un éxito musical en estos días, aunque se trata de un viaje al pasado en el sentido más estricto del término.

Pero el clímax de la temporada llegó de la mano de ese nuevo y querible personaje, Eddie Munson, un rockero de pura cepa que se une al clan aventurero y que enfrenta al mal ejecutando Master of Puppets, el primer corte de Metallica. Los fans de la banda adoraron el momento y la consideran la mejor escena de todos los tiempos.